lunes, 10 de septiembre de 2012

Crisis de los 30 años

Muchas veces dejo preparados posts por la mitad. No me convencen, los quiero ver al otro día. Fácil, tengo 7 que nunca publiqué. Porque no me animo, porque al otro día no me van a gustar.
Pero ese no es el punto.
Podría contarles muchas cosas de mi, de las cosas que me pasan y de las cosas que deseo a diario. Siempre me enojo un poco conmigo misma pensando que el titulo "ves queres" es de décima. No me convence. Pero si no habría el blog con cualquier nombre, no lo iba a abrir jamas. Es algo propio de mi personalidad que me encantaría poder modificar: en general no me convence nada.

Una amiga me diagnosticó "Crisis de los 30 años". Todavía no llego a los treinta. Pero me interesó investigar un poco las patologías básicas. Saber de que estábamos hablando. Entre otras cosas hallé este artículo:



Sentirse viejo 

"Otra de las características “modernas” que acompañan lo anímico de esta década es el “sentirse viejo”. “Esto ocurre porque ha habido un cambio en los ideales que hoy son dos: el dinero y la juventud. Lo que vale es ser lo más joven posible y lo más exitoso económicamente posible. Se han caído otros ideales como el amor, la solidaridad, la patria, la justicia, el bien común, la familia”, dijo Krieger.


Y, que los dos bienes más preciados sean el ser joven y tener plata –puede agregarse, siendo joven- genera problemas a muchos que no pueden alcanzar estos ideales y que, por“comparación, sienten que son viejos o que nunca lograrán la fortuna deseada.

La exigencia es mucha: una carrera ya no basta, porque se es igual a un “gran resto” que lucha por conseguir a corta edad más dinero. “Por eso, esto del tener más a más joven edad trae asociados varios síntomas y patologías como adicciones, anorexia y bulimia y depresiones”, detalló Krieguer.


A nivel del marco teórico, la especialista señaló que “hay que replantearse hasta dónde llega el discurso impuesto que se escucha en determinados niveles. El problema es que existe una codicia sin límite por la caída de función paterna. Cuando el padre era tutor de la ley, había una regulación en relación con el deseo de los individuos. Pero se ha ido perdiendo ese lugar: ya no regula el padre, regula el mercado”.


Según la psicóloga, a este cambio se debe la “ferocidad en la exigencia de ser cada vez más joven y más rico, no hay límite. Es una ley alienante y caprichosa, que impone un descuido absoluto del sujeto y que conduce a muchos, para poder soportarla, a adicciones como las drogas, el alcohol, o a ser cada vez más delgado”."


CONCLUSIÓN: No tengo 20 años y me tengo que hacer cargo de las elecciones que tomé durante los últimos años
. Tengo miedo de que los años pasen y seguir exactamente en la misma situación. 


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